miércoles, 21 de marzo de 2007

Decálogo del mal fumador

Fumar es grato hasta que con la exageración deja de serlo. Es usted quien tiene que poner los limites. Los cigarrillos no tienen voluntad, usted sí. Por si acaso usted es un empedernido, aquí le damos diez consejos útiles para ser un pésimo fumador”.

1.- Fume un cigarrillo tras otro.
Así no obtiene sabor de ninguno.

2.- Fume en ayunas.
Para demostrar a su estómago que no lo aprecia en absoluto.

3.- Fume mientras está comiendo.
Así la ensalada tendrá gusto a tabaco y el tabaco un deje profundo a vinagre.

4.- Encienda un cigarrillo, aspire tres veces y apáguelo.
Espere unos minutos y enciéndalo otra vez. Logrará un cigarrillo con sabor a cualquier cosa , menos a buen cigarrillo.

5.- Nunca deje de fumar un cigarrillo cuando esté por la mitad.
Siga, así comenzará a quemar lo que filtró el mismo tabaco.

6.- No se preocupe por los demás.
Si les molesta el humo, ¿quién les mandó ponerse a su lado?

7.- Deje que el cigarrillo se consuma muy hasta el final.
Así el humo saldrá bien caliente, achicharrándole bien el paladar, la lengua o los labios y, por supuesto, los dedos. Puede ayudarse haciendo muchas aspiraciones seguidas, preferentemente muy profundas y sin que se escape nada (pero nada de nada) de humo al aspirar.

8.- Cuando fume en el bosque o en la playa, tire la colilla al suelo de cualquier manera.
Tal vez, además de fumador empedernido y guarro, logre convertirse en incendiario.

9.- Fume mucho haciendo ejercicios físicos.
Si quiere convertirse en un perfecto pésimo fumador, corra mil metros o dé largos paseos, de varios kilómetros, sobre una bicicleta fumando un cigarrillo.

10.- Y termine el día siendo consecuente.
Con un cigarrillo en los labios, dormido. Tal vez logre quemar la cama. O a su pareja. O a usted mismo.

CLUB DE FUMADORES POR LA TOLERANCIA
info@clubfumadores.org

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